De los papeles a la realidad hay mucho camino y hoy quedo demostrado que los otrora oprimidos son los nuevos opresores. El cuento es el mismo, viejo como la misma humanidad: existen diferencia raciales y sociales que son infranqueables.
Hoy la vergüenza recae sobre la Policía Nacional, en lo que parece un exceso de autoridad y fuerza con la detención, tortura y humillación a un afro boliviano.
La Comunidad de Afrobolivianos pide investigar el hecho, pero la Policía ya esta defendiendo su posición.
Este ejemplo grotesco de racismo sirve para derrumbar la falacia que en Bolivia, solo las esferas conservadoras de la zona Oriental son intolerantes y violentas, el racismo se campea por el país a veces de manera abierta y otras solapadas.
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