lunes, 13 de abril de 2015

Y ahora ¿quien los podrá defender?

Murió Eduardo, el hombre que despreciaba su apellido anglosajón (Hughes) y los mensajes de apoyo y despedida inundaron la red. Hay que reconocerle el merito de que hizo de una mentira una verdad repetida y aceptada por millones de personas a lo largo y ancho de este planeta.

Lo peor de todo, es que Hughes Galeano reconoció que su obra cumbre era una farsa, porque el mismo afirmó que "Intentó ser una obra de economía política, solo que yo no tenía la formación necesaria. No me arrepiento de haberlo escrito"

Un mea culpa que cayo en oídos sordos para sus mas fieles seguidores y que le permitió seguir vendiendo sus obras; todo un ejemplo de empresario éxito este progresista sobre valorado.

Adiós Eduardo, y que dios te tenga donde menos estorbes.

P.D  un amigo muy cercano, me intenta convencer justificando que en ciertas ocasiones la historia es apócrifa.

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