El país de las maravillas, del "vesre"*, de lo absurdo, de lo originario nada original, el país cangrejo.
Todo se justifica en nombre del "cambio", de la descolonización. Y las ideas inéditas vienen de la mano de nuestro Canciller, David Choquehuanca.
No bastaba con las piedras teniendo sexo, con la papaliza y los abuelos aymaras al estilo Matusalen. No, todo eso era poco. Había que superar el umbral de lo estúpido y bizarro.
La nueva propuesta o moda es el "sarawi" y el "ñam", consiguiendo con ello cambiar el giro del tiempo.
La victima de esta idea: el reloj del Legislativo y su cambio de orientación hacia la izquierda.
La victima de esta idea: el reloj del Legislativo y su cambio de orientación hacia la izquierda.
Choquehuanca justifico su lógica argumentando que "el planeta se divide en dos hemisferios y por el tema de reflejo, en el hemisferio sur, donde se ubica Bolivia, el reloj solar gira hacia la izquierda y de forma contraria en el norte"
Para que no quede duda de su visión del tiempo razono que "la implementación de un reloj de esa forma, es parte de la tecnología del sur, y un mensaje para recuperar la identidad de los pueblos ubicados en esta parte del hemisferio"
Es una lastima que nadie le haya indicado al Canciller Choquehuanca, que su concepto es conocido como levógiro y no es nada nuevo en muchas áreas de las ciencias.
Mientras tanto los fans del oficialismo aplauden y a la sociedad en general nos toca esperar una nueva genialidad gubernamental que de un giro a la realidad.
* Reves
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