miércoles, 30 de noviembre de 2016

H2O

“El político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año que viene; y de explicar después por qué fue que no ocurrió lo que el predijo" 
Winston Churchill

La crisis del Agua y una posible guerra, una verdadera no como la acontecida en Cochabamba en el año 2000, esta por desatarse en el kilómetro 0

Semanas de desabastecimiento del líquido elemento en la Sede de Gobierno ha pasado factura a la población, empresas, hospitales, es decir, a toda la infraestructura y tejido social de la ciudad de La Paz.

La ultima marcha de la ciudadanía acaecida ayer exigió la renuncia de la ministras de Medio Ambiente y Agua, Alexandra Moreira, y la de Salud, Ariana Campero, así como procesos judiciales a los responsables por la crisis del agua, la paralización de obras faraónicas estatales, el normal abastecimiento del líquido potable y la municipalización del servicio de aguas.
Es justo preguntarse cómo se llegó a semejante escenario y podríamos achacar fácilmente al efecto de “El Niño”, el cambio climático o como algún delirante se atrevió a opinar a un ataque de HAARP

La realidad es más sencilla: una empresa estatal (EPSAS) dirigida por incompetentes y la falta de visión para proyectar posibles cuadros de crisis y buscar soluciones futuras a problemas próximos. A ello hay que añadir falta de inversión y mantenimiento.

Un ejemplo claro de la ineficiencia estatal, que se suma a fracasos sonados como la Agencia Espacial Boliviana, EMAPA, entre otros.Ahora que el problema es latente se espera impacientemente las lluvias, que las represas recuperen sus niveles de acopio y que proyectos destructivos (El Bala, Chapete) sean las soluciones mágicas a los inconvenientes de agua y energía.

Mientras tanto nuestro amado Emperador se encuentra en Cuba rindiéndole pleitesía al fallecido eterno Comandante, y son sus incompetentes secuaces Lineras, Quintana y Rada los que buscan una solución o al menos una distracción para que el pueblo paceño no les cobre la factura por diez años de inoperancia e ineptitud.