Recuerdo que cuando era niño, allá en la década de los ochenta del siglo XXI, (eso sonó muy viejo), me divertía rompiendo macetas mientras intentaba manejar bicicleta. También rompía los vidrios de las ventanas en mis intentos de aprender futbol y ensuciaba paredes y ropa en mis "hazañas" de Rambo y GI Joe.
Recuerdo la insípida televisión y como adoraba ver el único programa de calidad de aquellos años: Galareporter.
Recuerdo también cuando se desato una polémica por un video de una canción famosa venida del Brasil.
Así es, estoy hablando de la famosa Lambada.
Más allá de que haya sido un plagio, lo que más llamaba la atención era ver a las bellas mulatas bailando seductoramente mostrando sus calzones, mientras se desarrollaba una historia "de amor" de un par de crios, que se "franeleaban" alegremente al ritmo de lambada, mientras el padre de uno de ellos trataba de detener ese "amor prohibido"
Resultado de ese intento fallido, el padre se ponia a bailar lambada con la vocalista del grupo.
La moraleja era: deja el amor tranquilo, pero al menos el padre intentaba poner orden.
Recuerdo la insípida televisión y como adoraba ver el único programa de calidad de aquellos años: Galareporter.
Recuerdo también cuando se desato una polémica por un video de una canción famosa venida del Brasil.
Así es, estoy hablando de la famosa Lambada.
Más allá de que haya sido un plagio, lo que más llamaba la atención era ver a las bellas mulatas bailando seductoramente mostrando sus calzones, mientras se desarrollaba una historia "de amor" de un par de crios, que se "franeleaban" alegremente al ritmo de lambada, mientras el padre de uno de ellos trataba de detener ese "amor prohibido"
Resultado de ese intento fallido, el padre se ponia a bailar lambada con la vocalista del grupo.
La moraleja era: deja el amor tranquilo, pero al menos el padre intentaba poner orden.
1 comentario:
Realmente no logré ver el video por falta de recursos en este ordenador a pedales. Pero ya más o menos imagino que puede haber.
Aquí en Lima se celebran fastuosas fiestas de 15 años con reggaetón (y su respectivo baile, el perreo, incluido) a vista y paciencia de los invitados. Espectaculos bochornosos y degradantes que cuentan con la aprobación de la estupidez humana. Un abrazo.
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